“A ver si entiendes de una vez que para mirarme por encima del hombro tienes que levantar la cabeza, que donde tú pones palabras mal hirientes yo te saco mi mejor sonrisa, que si me mandas a la mierda, yo te envío una postal y que nada de lo que digas, podrá bajarme del pedestal que me he construido... Y es que hasta para faltarme al respeto, tienes que conocerme y ese es un privilegio, que nunca tendrás a tu alcance...”