Al final parece que esto va de ser feliz. La vida, por experiencia propia, es una simple y curiosa sucesión de altibajos. No siempre te encuentras igual. Ni te sientes del mismo modo. Yo he conseguido llegar muy alto (tanto, que casi rocé el cielo con la punta de mis dedos). He soñado fuerte. He querido por encima de todas las cosas. Y, sobre todo, durante una bonita temporada, logré vivir sin miedo. Pero ¿sabéis cuál es el problema de llegar tan alto? Que cuando caes, el golpe puede llegar a ser mortal...