Skip to main content
Recuerdo que al llegar casi ni te fijaste en mí. Pasaste de largo como pasaría un tren de media noche por una estación vacía. Yo, en cambio, te miré como quien admira un eclipse de sol: queriendo fijar en ti la mirada, pero sin poder hacerlo por miedo a quedarme ciego de ti. Y qué ironía más grande que al final eso mismo fue lo que sucedió.
Dicen que el amor es ciego, que no importa la belleza o personalidad, que te enamoras de la persona sea como sea cuando el amor es real. Y vaya si lo era, al menos el mío. Me enamoré de ti a riesgo de perderme yo mismo, tan ciegamente que nunca alcancé a ver el daño que me hacías. Ahora lo sé, claro. Me quité la venda de los ojos un tiempo después de que te fueras. Me costó mucho esfuerzo porque todavía te echaba de menos, porque quería que volvieras a mi lado y así era imposible abrir los ojos.
Pero al final lo conseguí y me aterró todo lo que vi. Empecé a comprender que aquello no era amor, que no podía serlo cuando una persona lo daba todo y la otra, simplemente, se aprovechaba de ello. Me vaciaste las ganas de todo, menos de ti. Así terminé perdido de nuevo en una estación vacía, sin más luz que la tuya para alumbrar mi vida y corriendo peligrosamente al lado de las vías mientras aquel tren de medianoche se acercaba hacia nosotros, amenazando con romper toda esa rutina.
Y lo hizo, menos mal. La vida me alcanzó de lleno en el pecho cuando te fuiste y dolió mucho más que tu partida. Jamás me perdonaré haberme quedado ciego, haber dejado de vivir por ti. Supongo que al final todo será una lección más aprendida: por mucho que te ciegue el amor, nunca pierdas de vista tu propia vida, tus sueños, tu alegría. Son lo que te hacen ser tú y nunca deberías dejar que nadie te los robe “por amor”. Eso ni es amor, ni es nada. Ama sin miedos, siempre, pero nunca dejes que te vuelvan a robar de nuevo la vida.

Comments

Popular posts from this blog

Uno no elige de quién se enamora, es algo así como o un tablero en el que sacas y la casilla donde caigas te acabará marcando para siempre. Destino, azar, suerte, cada uno lo llama como quiere y yo simplemente lo llamo amor. Porque hasta de quien menos te lo esperas puedes llegar a sentir cosas, hasta de quien no creías que era para ti pueden salir grandes historias para el recuerdo… No te engañes, o fuerces al amor porque llega cuando menos te lo esperas y se va cuando más dabas por ese alguien. Impredecible, incoherente….y uno no lo elige. Somos sus marionetas, estamos a su servicio, y joder, ojalá poder estar siempre bajo su mando porque te prometo, que cuando te enamoras de verdad la vida cambia a mejor….y no te deja indiferente. Yo no elegí enamorarme de ti, lo prometo. De haberlo sabido habría ido preparada con chaleco salvavidas para no ahogarme antes de tiempo y con escudo de hierro para que no me rompieras en mil pedazos. Pero la vida es así y me enamoré sin que

Dicen que recordar es volver a vivir, pero no siempre se cumple

“La vida me enseñó que los mejores planes surgen sin planearlos, las mejores personas llegan sin buscarlas y el mejor abrazo siempre es el inesperado. Me hizo ver que puede haber mil miradas, pero llega una y, a la primera te cambia la vida.  Comprendes que la vida sólo hay que vivirla, que lo que tenga que venir encontrará el camino para llegar. La importancia de darle valor a lo importante y olvidarme de lo que no vale la pena. Vivir, simplemente vivir, la vida ya me hizo ver que los planes los hace ella”. Texto: Sergio Rubio. #yoymismildefectos #depaseoporlos30

sOy Un DeSAsTre, y eso es lo mejor que tengo para ofrecer..,

  sOy Un DeSAsTre, y eso es lo mejor que tengo para ofrecer.., Mario Benedetti dijo una vez que tenia la teoría, de que cuando una persona lloraba, no lo hacia por lo que lloraba, si no por todo lo que llevaba acumulado, y no lloro en su momento. Yo quiero creer que es cierto, porque el auto-engaño a veces es la mejor medicina, o mejor dicho, es un ARTE, que pocos tienen. En el fondo el autoengaño, nos impide ser felices,  Cuando una relación no funciona a veces nos autoengañamos porque queremos seguir teniendo amor, aunque en el fondo seamos conscientes de que nos está haciendo daño. Ser realistas nos permite tomar las decisiones que más nos convienen...