Un día me di cuenta que cuando tengo que decirlo, ya no lo quiero. Que no me gusta que la gente tenga que hacer las cosas por obligación, ni compromiso, ni siquiera por hacer. Me gusta que lo haga porque realmente lo siente, porque le apetece o por cualquier otro motivo que merezca la pena.
No estamos para perder el tiempo, ni para rogar y pedir, estamos para vivir, para sentir y para hacer todo lo que nos apetezca.
Quédate si quieres quedarte. Sorpréndeme si de verdad te apetece hacerlo. Bésame y dime que me quieres cuando realmente lo sientas. Olvídate de la costumbre, de la rutina o del compromiso. Cuando hagas las cosas, hazlo porque de verdad te sale de dentro.
Sino, ni lo intentes.
Comments
Post a Comment