Quizá fue que me acostumbre a disfrutar las cosas pequeñas
Esas que nos hacen tan grandes.
Un
café cargado, un atardecer, un baño en la playa por la noche,
pasear, conocer...
También
bailar, así por que así, ponerme alejandro sanz y cantarla, todo el
tiempo, todo el rato.
Levantarme
e ir descalza, y eso que me encantan los tacones! Pero en casa NO.
Hacer
una cafetera para seis, aunque sea para mi sola.
Escribir
textos malísimos en cinco minutos,
da igual que sea en una servilleta que en un trozo de folio reciclado
de mi hija. Pero siempre siempre con mi boli, ese que le tienes
cariño y no sabes porque, pero sin el te sientes inútil.
Peinar
a mi hija, da igual que tenga 15 años, y reirnos o cabrearnos porque
llegamos tarde como todas las mañanas.
Y
probarnos medio armario, porque lo de anoche no nos convence. Y
hacerme planchar cinco minutos antes que se me paso anoche, eso
también, es muy nuestro. Da igual el pelo que la ropa, un día
incendiamos la casa!
La cuestión es aprovechar al máximo esos cinco
minutos juntas.
Y
si, nos conformamos muchas veces con pequeñas cosas, pero son las
que nos hacen grandes.
Y llegar tarde, eso tambien...
No
quiero mucho. Ni pido mucho.
Comments
Post a Comment