A lo largo de mi vida he descubierto que puedo ser capaz de todo lo que me proponga. Un día decidí dejar los miedos a un lado y lanzarme a lo que venga. Empecé a no pensar tanto en lo que dijeran los demás, a afrontar mis inseguridades y a entender que podría ser capaz de muchas cosas. Decidí soñar bien grande y no dejar nunca de perseguir cada sueño hasta que se acabara cumpliendo. Y desde entonces soy un poco más feliz.
A día de hoy no me olvido nunca de ser yo misma, de demostrar lo que valgo y de alcanzar cada meta que me propongo. Y entonces he descubierto que la vida es más maravillosa y que merece la pena el esfuerzo si ahí fuera la recompensa es sentirse orgullosa de una misma.
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